lunes, 27 de julio de 2020

Mises y su "coqueteo" con el fascismo: Mentira, falacia, y estupidez


¿Era Mises fascista?

Más allá de que la izquierda llama a todo el mundo fascista, facho, etc, es común que algunos intenten desprestigiar el trabajo de Mises alegando que él "apoyó" al fascismo. ¿Cuáles son las pruebas de ello? la siguiente cita: "No se puede negar que el fascismo y todas las tendencias dictatoriales análogas están animados por las mejores intenciones, y que su intervención ha salvado por el momento a la civilización europea. Los méritos adquiridos por el fascismo permanecerán por siempre en la historia".

Pero ¿realmente estaba defendiendo al fascismo? todo parece indicar que si, al menos en esta cita. Para echar luz sobre esta oscura discusión, primero hay que ir a la fuente original de donde proviene la frase en concreto. La cita pertenece a su libro "Liberalismo" que fue publicado en el año 1927, y se encuentra, más concretamente a un segmento bajo el nombre "El argumento de fascismo", siendo la última frase del capítulo. Quien lo haya leído, sabe perfectamente que esta sección es una critica hacia el fascismo y movimientos similares por su métodos, más que una "defensa" o "apoyo", de hecho, se pueden encontrar frases y otras citas como las siguientes antes de la mencionada arriba:

"La idea fundamental de estos movimientos a los cuales, si nos fijamos en el italiano, que es el más orgánico e imponente, podemos atribuir la designación de Fascismo, es, pues, la de emplear en la lucha contra la III Internacional los mismos medios que ésta empleó sin escrúpulos contra sus adversarios. Como la III Internacional trata de exterminar a los adversarios y sus ideas actuando como el patólogo con el bacilo de la peste, y como la misma no se considera vinculada por ningún pacto suscrito con el enemigo y cree que en la lucha todo crimen y toda mentira y difamación son posibles, lo mismo hacen los fascistas, al menos en principio".

Aquí, literalmente dice que los fascistas y los belches utilizan los mismos métodos: la violencia. Luego agrega, por si quedaban algunas dudas, que los movimientos fascistas son antiliberales: "No son pocos los que aceptan los métodos fascistas, porque los partidos fascistas, a pesar de tener un programa de política económica totalmente antiliberal y una política totalmente intervencionista, se cuidan muy mucho de practicar esa política insensata de destrucción a ultranza que imprime sobre los comunistas el sello de enemigos absolutos de la civilización. Otros a su vez, si bien reconocen perfectamente los daños que puede causar la política económica fascista, piensan que el fascismo es por lo menos un mal menor si se compara con el bolchevismo y la práctica política de los soviets. Sin embargo, la mayoría de sus adeptos y admiradores públicos y secretos aprecia precisamente sus métodos violentos".

"El gran peligro que representa el fascismo en la política interior radica en su confianza en el poder decisivo de la violencia. En efecto, éste es su principio supremo: que para vencer seguramente es preciso estar siempre animados por la voluntad de vencer y adoptar los métodos violentos. Pero ¿qué sucede si también el adversario, animado de la misma voluntad de vencer, emplea los mismos métodos? El resultado no puede ser otro que el choque, la guerra civil. Al final, el vencedor de todos los conflictos será quien sea numéricamente más fuerte. A largo plazo será siempre más difícil a la minoría, aunque esté formada por las personas más capaces y enérgicas, resistir a la superioridad numérica. La cuestión decisiva sigue siendo, pues, la relativa al modo de conquistar la mayoría para el propio partido. Pero es una cuestión puramente de orden intelectual, que sólo puede resolverse con armas intelectuales, no con la fuerza. Emplear simplemente métodos de opresión violenta es la vía menos indicada para ganar apoyos para la propia causa. El simple empleo de la violencia, no justificado ante la opinión pública con argumentos racionales, sólo proporciona nuevos apoyos precisamente a aquéllos que se piensa combatir con tales métodos. En la lucha entre violencia e idea, es ésta la que siempre prevalece".

"El fascismo puede hoy triunfar porque la indignación general ante las infamias cometidas por socialistas y comunistas le ha procurado las simpatías de amplios estratos sociales. Pero cuando se haya enfriado la impresión de los crímenes de los bolcheviques, el programa socialista volverá a ejercer su fuerza de atracción sobre las masas. Porque el fascismo, para combatir ese programa, no hace sino perseguir las ideas y a quienes las difunden; si quisiera realmente combatir el socialismo, debería contraponerle sus propias ideas. Pero sólo hay una idea que pueda contraponerse al socialismo: el liberalismo".

"Se ha dicho con frecuencia que para hacer triunfar una causa no hay nada mejor que crearle mártires. Esto no es del todo cierto. Lo que refuerza la causa de los perseguidos no es el martirio de sus adeptos, sino el uso de la violencia en lugar de las armas intelectuales para combatirlos. La represión por la fuerza bruta es siempre una confesión de la incapacidad de emplear aquellas armas intelectuales que son mejores, porque son las únicas que aseguran la victoria. Tal es el vicio de fondo del fascismo, la patología que acabará llevándole a la ruina. La victoria del fascismo en algunos países no es más que un episodio de una larga serie de batallas sobre el problema de la propiedad. El próximo episodio será una victoria del comunismo. Pero el resultado final de estas batallas lo decidirán no las armas sino las ideas. Son las ideas las que agrupan a los hombres en facciones contrapuestas y ponen las armas en sus manos; son las ideas las que establecen contra quién y por quién hay que hacer uso de las armas. Y son sólo las ideas, y no las armas, las que, en definitiva, deciden".

"Baste esto por lo que respecta a la posición del fascismo en política interior. Por lo que atañe a la política exterior, no es necesario demostrar ulteriormente que su fe en el principio de la violencia en las relaciones entre los pueblos no puede menos de provocar una serie infinita de guerras destinadas a destruir toda la civilización moderna. La supervivencia y el ulterior desarrollo de la civilización económica actual precisan de una paz segura entre los pueblos. Pero los pueblos no pueden ponerse de acuerdo si están dominados por una ideología que piensa que la seguridad de la propia nación en el concierto de las demás naciones sólo puede asegurarse mediante la violencia".

Como podemos observar, Mises es critico del fascismo, es más, si vamos aún más allá, y transcribimos la cita por la cual se considera a Mises fascista, de manera completa, y no sacada de contexto como se la cuelga, dice lo siguiente: "No se puede negar que el fascismo y todas las tendencias dictatoriales análogas están animados por las mejores intenciones, y que su intervención ha salvado por el momento a la civilización europea. Los méritos adquiridos por el fascismo permanecerán por siempre en la historia" y agrega al final " Pero la naturaleza de la política que por el momento ha producido efectos positivos no es tal que pueda prometer un éxito duradero. El fascismo fue un arreglo provisional; pensar que es algo más sería un error fatal". 

Mises critica al fascismo, que en ese momento era considerado un movimiento de reaccionarios violentos anti-comunistas sin ninguna idea sostenible, porque sus métodos no diferían mucho de los propios soviets. El llamado "argumento del fascismo" era la violencia, pero como bien señala más adelante, solo se pueden vencer las ideas con otras ideas, no con armas. La violencia solo engendra violencia y vuelve insostenible la cooperación social, que en definitiva, es la base del capitalismo. Mises sostiene este punto durante toda su vida. Por ejemplo, en su libro "Socialismo" del año 1922, fue uno de los primeros en reconocer este hecho en particular cuando afirmó que "La sociedad humana es una construcción del espíritu. La cooperación social es, ante todo, pensamiento y solamente después se convierte en hecho. Son las ideas las que hacen la historia, no las fuerzas productivas materiales, esas entidades nebulosas y místicas del materialismo histórico. Si pudiera vencerse la idea del socialismo y hacer comprender a la humanidad la necesidad de la propiedad privada de los medios de producción, el socialismo se vería obligado a desaparecer. En ello radica todo el problema". En la Acción humana seguiría este punto de vista: "Las doctrinas librecambistas se impusieron en el siglo XIX porque las respaldaban las teorías de los economistas clásicos. El prestigio de éstas era tal que nadie, ni siquiera aquellos cuyos intereses clasistas más se perjudicaban, pudieron impedir que calaran en la opinión pública y se plasmaran en disposiciones legales. Son las ideas las que hacen la historia, no la historia la que engendra las ideas".

El papel de las ideas es fundamental, por eso la necesidad de influir en la opinión pública a la hora de desarrollar una política económica es un factor muy importante. Mises sin duda lo tenía claro expresando que "Si la mayoría de la nación sostiene ideas equivocadas y prefiere candidatos indignos, no hay más solución que hacer lo posible por cambiar su mentalidad, exponiendo principios más razonables y recomendando hombres mejores. Ninguna minoría cosechará éxitos duraderos recurriendo a otros procedimientos".

De hecho, en Socialismo, él afirma que: "Es preciso nunca perder la vista que la filosofía de la violencia, que ha venido a sustituir a la doctrina conciliadora del liberalismo y de la democracia, fue en su origen una filosofía de los sindicatos obreros, como la palabra misma de sindicalismo lo indica. La glorificación de la violencia, que caracteriza la política del sovietismo ruso, del fascismo italiano y del nazismo alemán, y que amenaza en la actualidad a todos los gobiernos democráticos, salió de las lecciones del sindicalismo revolucionario".

También, debería tenerse en cuenta que para Mises, y esto es algo que también lo acompañaría a lo largo de su carrera, los resultados y los medios para alcanzarlos, eran más importantes que las "buenas intenciones". Por ejemplo, en "Planificación para la libertad" explica que: "A pesar de lo buenas que las intenciones puedan ser, nunca pueden transformar en eficaces a medios que no lo son. Debe enfatizarse que estamos discutiendo medios y medidas y no fines. El problema no es si las políticas defendidas por los autoproclamados progresistas son recomendables o condenables, o no lo son, desde un punto de vista arbitrario y preconcebido. El problema esencial es determinar si tales políticas pueden realmente alcanzar los fines que todos anhelamos". 

Esto dice mucho del porque Mises no creía que el fascismo iba a llegar a nada como movimiento, ya que no tenía, para empezar, nada que ofrecer, solo violencia. Era extremadamente escéptico, por eso decía que "La represión por la fuerza bruta es siempre una confesión de la incapacidad de emplear aquellas armas intelectuales que son mejores, porque son las únicas que aseguran la victoria. Tal es el vicio de fondo del fascismo, la patología que acabará llevándole a la ruina. La victoria del fascismo en algunos países no es más que un episodio de una larga serie de batallas sobre el problema de la propiedad. El próximo episodio será una victoria del comunismo". 

Mises dedicó muchos libros a criticar el fascismo y el nazismo: Gobierno omnipotente (1944), Caos planificado (1947), incluso en su obra Socialismo hay algunas criticas, como mencionamos previamente, y hasta en la Acción humana se pueden encontrar criticas y refutaciones a distintos planteamientos sobre estos movimientos. Por otro lado, existe una segunda linea de "defensa" que consiste en acusar o implicar que Mises era o podría haber sido un fascista porque aconsejó a Engelbert Dollfuss, un intervencionista totalitario (aunque no nazi, ya que en realidad fue asesinado por ellos) gobernante de Austria.

Todos saben que en el período de 1918-19 después del caos debido a la derrota en la Primera Guerra Mundial, los países europeos comenzaron a caer en el "sueño" bolchevique. En Austria, el responsable de llevar la revolución bolchevique a casa fue el teórico y político marxista austriaco Otto Bauer. Rothbard en su trabajo biográfico comentando los años de Mises como asesor económico en el periodo de entre guerras, cuenta que: "Bauer, hijo de un rico fabricante de Bohemia del Norte, fue convertido al marxismo por su maestro de escuela secundaria, y dedicó su vida a no ceder nunca en celo por la causa radical marxista. Estaba decidido a nunca abandonar esa causa a cualquier forma de revisionismo u oportunismo como tantos marxistas habían hecho en el pasado (y seguirían haciéndolo en el futuro). Bauer se alistó en el gran seminario de Böhm-Bawerk decidido a utilizar el conocimiento que obtendría para escribir la refutación definitiva de Marx de la famosa demolición de Böhm de la teoría del valor del trabajo marxiano. En el curso del seminario, Bauer y Mises se hicieron amigos íntimos. Bauer finalmente abandonó el intento, admitiendo virtualmente a Mises que la teoría del valor del trabajo era ciertamente insostenible (...) Ahora, con Bauer planeando llevar a Austria al campo bolchevique, Mises, como asesor económico del gobierno, y sobre todo como ciudadano de su condado y como defensor de la libertad, habló noche tras noche, y con gran amplitud con Bauer y su igualmente devota esposa marxiana, Helene Gumplowicz. Mises señaló que, dado que Austria carecía drásticamente de alimentos, un régimen bolchevique en Viena inevitablemente encontraría su suministro de alimentos cortado por los aliados, y en la consiguiente hambruna tal régimen no podría durar más de un par de semanas. Finalmente, los Bauer fueron persuadidos a regañadientes de este hecho incontrovertible e hicieron lo que habían jurado que nunca harían: pasarse a la derecha y traicionar la causa bolchevique".

Ahora, si Mises aconsejó a un político marxista-socialista pro-bolchevique ¿Alguien en su sano juicio podría insinuar que, por eso, Mises era socialista? ¿Hay un factor común que se relaciona con el hecho de que Mises aconsejara un político marxista y luego a un fascista intervencionista? si, de hecho lo hay, él estaba tratando de hacer lo mejor para su país. Se tenía que ganar la vida como asesor económico de la Cámara de Comercio Austríaca, cargo que desempeñó desde 1909 hasta su salida de Austria en 1934. Muchos no lo saben, pero Mises desarrolló muchas actividades importantes en su país, por ejemplo, el asesoramiento político de Mises fue fundamental para ayudar a detener la hiperinflación en Austria en 1922. El en definitiva, intentó ayudar a su país para evitar el caos económico de una revolución bolchevique en primer lugar, y después de eso se trató de evitar la dominación nazi, aunque tuvo que abandonar su hogar más adelante. 

Podemos poner otro ejemplo al respecto. Milton Friedman asesoró al gobierno comunista chino ¿eso vuelve a Friedman un socialista? podemos ir incluso más allá, Marx aconsejó durante mucho tiempo y fue amigo intimo de Frederic Engels, un industrial textil "explotador" de una importante fábrica en Mánchester ¿era Marx un apologista del capitalismo? claro que no. Lo que aquí tenemos es simplemente una correlación sin sentido, y nada remotamente sostenible. Mises nunca defendió al fascismo, de hecho, llegó a predecir su fracaso frente al socialismo, y como este mutó completamente hasta convertirse en una economía planificada no muy diferente al socialismo soviético. 

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